miércoles, 6 de junio de 2012

PERSONALIDAD




PERSONALIDAD

  

              MATERIA:              Sociología criminal.




             NOMBRE DEL ALUMNO:            Oscar García Luis.



Contenido


1.   Personalidad.

1.1.  Conceptos de personalidad.

Estos son algunas definiciones de personalidad:
·         “Carácter original que distingue a una persona de las demás: tener una personalidad”[1]
·         La personalidad hace referencia a factores internos, más o menos estables que hacen la conducta de una persona sea consciente en diferentes ocasiones y distinta la conducta que otras personas mostrarían en situaciones comparables (Hampson, 1986).
·         La personalidad se refiere a nuestras características externas y visibles, a los aspectos de nosotros que los demás pueden ver (Schultz, 2002).
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1.2.  Teoría psicoanalítica.

La obra de SIGMUND FREUD, originada en las ciencias biológica, neurológica y psiquiátrica propuso una nueva forma de considerar la personalidad, Freud exploro áreas de la mente que habían sido ocultadas por  la moral y la filosofía victorianas.
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Freud describía a la mente dividida en tres partes: el consiente, el inconsciente y el preconsciente.
Ø  El consiente: representa una pequeña fracción de la mente, pues solo comprende lo que percibimos en el momento.
Ø  El inconsciente: llamamos inconsciente a un proceso psíquico cuya existencia no podemos menos que reconocer pero del cual no sabemos nada. Dentro de este hay elementos instintivos que nunca han sido consientes y los que la conciencia nunca podrá acceder. Hay materiales que son proscritos (censurados y reprimidos) del estrato del consiente. Los materiales inconscientes se caracterizan por la su vivacidad y su inmediatez, los procesos mentales son atemporales en sí mismos. No se distribuyen cronológicamente, el tiempo no puede modificarlos y no se les puede aplicar el concepto de tiempo.
Ø  El preconsciente: forma parte del inconsciente aunque se a una parte que fácilmente puede tornarse consiente, tales partes de la memoria forman parte del preconsciente y comprenden. (James Fadiman, 2001)

1.2.1.         La estructura de la personalidad

La mente posee tres estructuras: el ello, el yo y el súper yo. Las tres estructuras constituyen el psique y están interactuando continuamente entre sí en una forma dinámica (P & Whitbourne, 2003). Estas estructuras interactúan constantemente entre sí, por lo que Freud les acuño el termino psicodinámico para describir el proceso de interacción de estas estructuras de la personalidad.

Ello: es el núcleo original del cual se derivan todos los demás aspectos de la personalidad, posee una naturaleza biológica y hace a veces la reserva  de energía para todas las áreas de de la personalidad, este es primitivo y desorganizado, “las leyes lógicas del pensamiento no se aplican al ello”  y este no sufre ninguna modificación a medida de que la persona crece y madura (James Fadiman, 2001), es porque este estrato no mantiene contacto al mundo exterior. El ello es inaccesible  a la conciencia y reside por completo en la capa del “inconsciente” de la mente, este se rige por el principio de placer el cual es una fuerza motivadora orientada a lo inmediato y la gratificación total  de las necesidades y deseos referentes a lo sensualidad (P & Whitbourne, 2003). Comprende pensamientos que nunca se han tornado consientes o ideas que se han rechazado por inaceptables por la conciencia. 

El yo: es la parte del psique que mantiene contacto con la realidad externa, tiene por origen el ello, cuando el niño adquiere conciencia de su propia identidad, con el fin de ejecutar y ejecutar sus exigencias constantes, para esto el yo protege al ello y a veces sustrae energía de este, su misión consiste en  preservar la salud, la seguridad y la cordura de la personalidad (James Fadiman, 2001). El yo fue creado por el ello en un intento de por controlar la tensión, para lograr su objetivo el yo debe controlar y modular las pulsaciones del ello a fin de que la persona adopte enfoques realistas denle su estilo de vida. El centro de la conciencia de la personalidad es el yo, su función es proporcionar al individuo los poderes mentales del juicio, memoria, percepción y toma de decisiones, las cuales permiten adaptarse a la realidad del mundo exterior (P & Whitbourne, 2003), esta estructura está gobernada por el principio de realidad,  el cual es una fuerza motivacional que conduce al individuo a confrontar la limitaciones del mundo exterior, las funciones del  están caracterizadas por el proceso secundario del pensamiento, que implica la resolución lógica y racional de los problema (P & Whitbourne, 2003)

El superyó: es la última estructura y esta surge del yo, controla los intentos del yo por cumplirlos deseos del ello (P & Whitbourne, 2003) este hace las veces de juez o de censor de las actividades y reflexiones del yo. Tratase del depositario de los códigos morales, de las normas de conducta y de las construcciones que  conforman las inhibiciones de la personalidad (James Fadiman, 2001). El superyó realiza tres funciones: la conciencia, la auto-observación y la formalización de ideales.

1.2.2.         Etapas del desarrollo psicosexual.

Freud propuso que existe una secuencia anormal del desarrollo, atreves de lo que el definió como etapas psicosexuales. Cada etapa se concentra en una zona de excitación sexual del cuerpo (zonas erógenas); la manera en que un niño aprende a satisfacer  los deseos sexuales  asociados con cada etapa, esto se convierte en un componente importante de la personalidad del infante (P & Whitbourne, 2003). Los cambiantes  modos de gratificación, junto con las zonas físicas en que opera, constituyen los elementos básicos de la concepción freudoniana de las etapas de desarrollo.
Freud  emplea el término fijación para describir lo que ocurre cuando la persona no pasa de una etapa a otra etapa de manera normal, sino queda “anclada” en la anterior (James Fadiman, 2001).

Etapa oral.

Esta etapa comienza al nacimiento, cuando tanto las necesidades como la gratificación se concentran principalmente en los labios, la lengua y, algo más tarde, los dientes. La pulsión básica del lactante  no se dirige a lo social o lo interpersonal, sino simplemente, a consumir y aliviar las tenciones producidas por el hambre y la sed (James Fadiman, 2001).Esta etapa se divide en dos fases, la primera es la oral  pasiva o fase receptiva, en la cual los sentimientos placenteros provienen del cuidado o de la alimentación. En la segunda fase, llamada oral agresiva, el placer se deriva de morder o masticar cualquier cosa que el infante pueda meterse a la boca (P & Whitbourne, 2003).

La regresión o la fijación a la fase oral pasiva  provocan dependencia  excesiva de gratificación oral (chuparse el dedo, fumar cigarrillos, comer en exceso). Las personas que tienen una regresión  o una fijación a la fase oral agresiva son hostiles y presentan una actitud crítica (morder) hacia los demás (James Fadiman, 2001), el sarcasmo en los adultos, desmenuzar los alimentos y los chismorreos son actitudes de un adulto que tiene una fijación en esta etapa.

Etapa anal.

Entre los dos y cuatro años el niño aprende a controlar el esfínter y la vejiga y prestan especial atención a la micción y la defecación. Por lo cual la energía sexual se del infante se centra en la estimulación de estas zonas con la retención y expulsión del excremento,  la preocupación de los padres por el uso adecuado  del sanitario permite al niño exigir atención tanto sobre los errores (James Fadiman, 2001).
Las características de la edad adulta asociadas con la fijación parcial en la etapa anal son el espíritu metódico, la frugalidad excesiva y la intransigencia esto es tres rasgos caracterológicos suelen manifestarse de manera conjunta. En tal sentido aludía el carácter anal, cuya conducta se vincula estrechamente con las experiencias adversas sufridas durante esta etapa del desarrollo infantil (James Fadiman, 2001).
Las personas que se encuentran fijadas en esta etapa pueden tener una estructura de carácter de control excesivo y de acaparamiento, denominado retentiva anal (P & Whitbourne, 2003). En sentido contrario a la fijación anterior  puede ser de carácter impulsivo e inconsciente y descuidado, denominado expulsivo o anal.

Etapa fálica.

Desde los tres años, el niño pasa a la etapa fálica, la cual se centra en los órganos genitales, se trata de un periodo en el que el niño o la niña adquieren conciencia ya sea de tener pene o de no tenerlo, es aquí donde el pequeño toma conciencia de las diferencias sexuales. Freud creía que el  destino de la salud psicológica futura del niño quedaba sellado en esta fase (P & Whitbourne, 2003) en esta etapa el infante se veía atraído sexualmente por el padre del sexo opuesto.

En el caso de los hombres Freud denomino a este conflicto complejo de Edipo, en referencia al héroe trágico del dramaturgo griego Sófocles, Edipo mata a su padre y más tarde se casa con su madre (sin saber que eran sus padres). Cuando al final, sabe a quién mato y con quien se caso, Edipo se castiga arrancándose los ojos (James Fadiman, 2001).
  
Freud creía que los niños varones reproducen interiormente este drama, desean poseeré a la madre y, para alcanzar este objetivo, deben matar al padre, este también inspira temor de que lo castre y lo reduzca a un ser asexuado. Nunca podrá suprimirse por completo el sentimiento de angustia que produce la idea de castración, el amor y el temor hacia el padre y el amor y el deseo sexual hacia la madre (James Fadiman, 2001), este complejo es reprimido durante la infancia.

Para las niñas es un problema similar, esta desea poseer al padre y percibe como rival más importante a la madre, para las chicas la represión de sus deseos es menos severa y radical, tal ausencia  de intensidad les permite mantenerse en una situación edípica durante un periodo indefinido, tiempo después la supera y de manera incompleta.

Estos conflictos se resuelven de manera favorable cuando el infante se identifica con el padre del mismo sexo el niño adquiere un superyó, el cual fortalece el tabú social en contra del incesto y establece la etapa de todas las luchas posteriores para enfrentar los deseos sexual y agresivos inaceptables (P & Whitbourne, 2003). Después del complejo por el que atraviesa el infante su energía sexual disminuye por completo.

Etapa genital.

Es la última etapa de desarrollo biológico y psicológico  esta ocurre con el inicio de la pubertad y el consecuente retorno de la energía libidinal a los órganos sexuales (James Fadiman, 2001) en esta etapa los jóvenes tanto hombres como mujeres conocen sus deferencias sexuales y buscan colmar sus necesidades eróticas y personales.
La genitalidad adulta  es la habilidad para expresar sentimientos sexuales de forma madura  y en contextos adecuados, se alcanza cuando el individuo es capaz de trabajar y amar con otra persona (P & Whitbourne, 2003), sin embargo cualesquiera fuera sus fijaciones  y regresiones previas restringen la habilidad para completar esta etapa en forma satisfactoria.


1.3.  La teoría centrada en la persona.


Esta teoría es Carl Rogers  en la cual se centra en la singularidad de cada individuo, la importancia de permitir que cada individuo logre la realización máxima de su potencial y la necesidad individual de confrontar de forma honesta, la realidad de sus experiencias en el mundo (P & Whitbourne, 2003) resalto la tendencial del organismo hacia el crecimiento personal, el YO era el centro de su investigación sobre la personalidad.

Para Rogers cada individuo nace con una tendencia realizadora, que si no se desvía por los acontecimientos del desarrollo, puede llegar a conseguir  ser una buena persona capaz de reflexionar, abierta a nuevas experiencias, respetuosa consigo mismo y tolerante con los demás, la persona desadaptada será cerrada rígida y autodespreciativa. La auto imagen de una persona bien debe coincidir o ser congruente con sus experiencias y cuando esto sucede se dice que la persona es plenamente funcional (P & Whitbourne, 2003) esto quiere decir que está usando sus recursos psicológicos al máximo. Considero que la persona plenamente funcional se encuentra en un proceso de evolución y movimiento  continuos.

El dentro de la experiencia se encuentra el self, una entidad inestable y mutable, el self  es una Gestalt organizado y coherente sujeta a un proceso constante de de formación y reformación a medida que cambian las situaciones (James Fadiman, 2001), el self o el concepto de sí mismo es la forma en que las personas entienden con base a las experiencias, las vivencias y las expectativas del futuro. Y también se encuentra el self ideal “es el concepto de si mismo que la persona anhela y al cual le asigna un valor superior” (James Fadiman, 2001) y este igual se encuentra en continuo cambio, el self ideal puede convertirse en un obstáculo para la salud personal cuando difiere en gran medida del self real.

Estos son algunos de los postulados de su teoría:
·         El ser humano no es un organismo psicofísico, sino un todo organizado cuya experiencia es su realidad.
·         El objetivo básico de la psicología humanista es el comprender y mejorar la personalidad, el fin de la persona es el desarrollo de sus capacidades positivas y la actualización de su potencial de crecimiento.
·         Rogers enfatiza sobre los procesos motivacionales; la actualización del sí mismo.

1.3.1.         Teoría de autorrealización.


 Esta es una teoría de Abraham maslow (1962) se relaciona con la perspectiva de Rogers, se centra en la idea de la autorrealización, es decir, la máxima realización del potencial de crecimiento psicológico del individuo, también se enfoca al individuo,  las personas autorrealizadas son precisas en sus autopercepciones y son capaces de encontrar ricas fuentes de estimulación y de placer en sus actividades diarias, estos individuos no están buscando simplemente el placer sensual o espiritual, también tiene una filosofía de su vida basados en valores humanitarios y de igualdad (P & Whitbourne, 2003).

Propuso una jerarquía de necesidades  en el que se describe el orden en el cual deben cubrirse sus necesidades humanas, las cuales se dividen en dos grupos el primero es de necesidades de crecimiento el cual está conformado por las necesidades de autorrealización y luego el siguiente grupo es el de necesidades deficitarias el cual está compuesto por necesidades de  estima, necesidades de amor y afiliación, necesidades de seguridad o de estar a salvo y necesidades fisiológicas.

1.4.  El ciclo vital


Es un modelo de ocho etapas de desarrollo que extiende la teoría psicoanalítica más allá de la niñez y esta abarca todo el ciclo vital y cada etapa tiene sus características y es el resultado de la precedente, Erickson las extendió hasta convertirlas en  conceptos universales del desarrollo humano.  Las etapas  son: confianza y desconfianza básica, autonomía o vergüenza  y duda, iniciativa o culpa, diligencia o inferioridad, identidad o confusión de la identidad, intimidad o asilamiento, productividad o estancamiento, integridad o desesperación.

Confianza y desconfianza básica: esta ocurre cuando nos encontramos más desamparados y dependientes de los demás para nuestra atención física y emocional. Los lactantes adquieren un sentimiento de relativo de confianza y desconfianza del mundo (James Fadiman, 2001). Este es parecido a la etapa oral  de la teoría psicoanalítica de Freud donde la gratificación  se centra en la boca  y el desarrollo de esta eta se da de igual forma,  y aquí es donde  adquiere el sentido de maldad o malevolencia.  La virtud o fuerza que resulta de alcanzar un equilibrio entre la confianza y desconfianza básica es la esperanza, esta fuerza es relativamente independiente de expectativas, metas y deseos específicos

Autonomía o vergüenza  y duda: esta etapa es igual a la etapa anal que propuso Freud esta etapa se característica por que el niño adquiere rápidamente varias destrezas mentales y físicas, también empieza a ejercer el control sobre sí mismo y sobre partes del mundo exterior (James Fadiman, 2001),  esta etapa se da de dos formas: retención y expulsión, retener puede convertirse en una restricción cruel o ser una pauta de interés y soltar se puede referirse a la  liberación de fuerzas destructivas o se para relajarse.

La fortaleza adquirida en esta etapa es la voluntad, el controlar sus propios impulsos con juicio y discernimiento, la voluntad es la determinación de ejercer el libre albedrio así como la moderación, a pesar de la experiencia inevitable de la vergüenza y la duda (James Fadiman, 2001).

 Iniciativa o culpa: esta etapa es análoga a la de Freud (fálica) a quien el niño a hora tiene el sentido más amplio del dominio y la responsabilidad, “le interesa todo y le gusta atacar y conquistar el ambiente”, se encuentra  ansioso por aprender y desempeñar todo bien, su palabra favorita es “porque”  aprende el valor de la previsión y comienza a adquirir un sentido de dirección  y finalidad (James Fadiman, 2001) e cual es atenuado por el sentimiento de culpa , con el cual se puede generar la ansiedad. El propósito es el valor de concebir y buscar metas valiosas sin dejarse inhibir por la derrota de fantasías infantiles, o la culpa  o el temor frustrante del castigo.

Diligencia o inferioridad: este periodo corresponde al periodo de latencia de Freud, a hora el niño tiene que abrigar un sentimiento de satisfacción por un trabajo bien hecho, se espera que domine sus tareas y destrezas que valora la sociedad. Los niños que no prosperan adquieren un sentimiento de inferioridad o imantación (James Fadiman, 2001).  La virtud de esta etapa es la competencia es el ejercicio libre de destrezas e inteligencia  para llevar a cabo tareas, a diferencia de la incapacidad infantil.

Identidad o confusión de la identidad: el sentido de la identidad del yo es la confianza acumulada en la mismidad y continuidad del significado interior del pasado coincide con la mismidad y continuidad del significado que tenemos para los demás, como se manifiesta en la tangible promesa de una profesión (James Fadiman, 2001), este periodo es de transición de la niñez a la vida adulta, en el cual se dedica a experimentar y la fidelidad es la fuerza básica  de esta etapa. “la fidelidad es la capacidad de preservar las lealtades concebidas libremente, a pesar de las contradicciones inevitables del sistema de valores” (James Fadiman, 2001). Aquí se adoptan los valores éticos y sistemas de creencias de la cultura.

Intimida o aislamiento: esta etapa se da en la juventud y se establecen  amistades y se comienza a intimar en relaciones y  adquirir un sentido de responsabilidad, el compromiso critica de esta etapa es la reciprocidad verdadera en la pareja amorosa. Esta intimidad difiere significativamente de la exploración y la intensa búsqueda  previa de una identidad  sexual. Sin este sentimiento de intimidad y dedicación, nos aislamos y somos incapaces de sostener relaciones personales satisfactorias y en esta etapa se alcanza la virtud del amor el cual es “la devolución mutua que subyaga para siempre el antagonismo inherente  de las funciones divididas” (James Fadiman, 2001).

Productividad o estancamiento: el compromiso íntimo con los demás se amplía hasta una preocupación  más general por guiar y apoyar a la siguiente generación, La productividad comprende la preocupación por nuestros hijos y por las ideas y las cosas que hemos creado: la creatividad en nuestra vida laboral y personal, la instituciones sociales refuerzan la función de la productividad, proveen de la continuidad del conocimiento  y la estructura de una generación a otra. La fuerza adquirida en esta etapa es el interés, que es “una preocupación general por lo que ha surgido por amor, necesidad o accidente; superando la ambivalencia que trae las obligaciones irreversibles” (James Fadiman, 2001).

Integridad o desesperación: es el momento de enfrentar las últimas preocupaciones, aunado al sentido de identidad del yo, aparece una conciencia del valor de muchos estilos de vida, incluyendo aquellos que más difieren de los nuestros. La integridad  del yo es la adquisición de de la capacidad de albergar un amor posnarcisista, la desesperación se manifiesta en forma de miedo a la muerte o en rechazo de los valores, instituciones y estilos de vida de los demás

La fuerza de la sabiduría procede de nuestro contacto con la integridad y la desesperación, cuando abordamos las últimas preocupaciones. “la sabiduría es el interés desapegado por la vida, a las puertas de la muerte” (James Fadiman, 2001).

2.   Tipos de personalidad.


El tipo de personalidad se refiere a quienes poseen varios rasgos en común, el psiquiatra Carl Jung propuso clasificarlos en introvertido y extrovertido (Coon, 2005).
El introvertido: es tímido y egocéntrico su atención se centra en el mismo.
El extrovertido: es atrevido y locuaz; su atención la dirige al exterior.


3.   Trastornos de la personalidad.


Un trastorno de la personalidad implica un patrón desadaptado y duradero de experiencia interna y conducta, que data desde la adolescencia o de la adultez joven, y que se manifiesta en al menos dos de las siguientes áreas 1) cognición, 2) afectividad, 3) funcionamiento interpersonal, 4) control de los impulsos (P & Whitbourne, 2003) esta expresión difiere entre los trastorno. El diagnostico de estos trastornos es muy difícil ya que muchas de estas alteraciones tienen características similares.

3.1.1.         Características diagnósticas


Los rasgos de personalidad son patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales. Las manifestaciones de los patrones de desadaptación tanto en el medio interno y externo  en cualquiera de las áreas anteriormente mencionadas requieren cumplir con los siguientes criterios:
Criterio A: el patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales
Criterio B: provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo
Criterio C: El patrón es estable y de larga duración y se puede descubrir que su inicio se remonta al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta.
Criterio D: El patrón no es atribuible a una manifestación o una consecuencia de otro trastorno mental
Criterio E: el patrón no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia ni a una enfermedad médica
Criterio F: exististe criterios diagnósticos específicos para cada uno de los trastornos de la personalidad[2].

3.2.  Trastorno antisocial de la personalidad.


Es un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás (Miyar, 2002). Este trastorno se caracteriza por la falta de una consideración moral social o de las normas legales (P & Whitbourne, 2003) y es un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, que comienza en la infancia o el principio de la adolescencia y continúa en la edad adulta, los individuos con este trastorno suelen comportarse de manera impulsiva, agresiva, imprudente, sin mostrar señales de remordimiento con la intención de evadirse de las situaciones difíciles (P & Whitbourne, 2003) y otros sujetos en lugar de expresarlo de la de forma abierta como se menciono anteriormente , son “de platica fácil” lo que los hace capaces de obtener lo que desean de manera favorable.

Estos son los criterios de diagnostico específicos para que un sujeto pueda ser diagnosticado con este trastorno[3]:

Criterio A1: los sujetos con este trastorno no logran adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal.
Criterio A2: las personas con este trastorno desprecian los deseos, derechos o sentimientos de los demás. Frecuentemente, engañan y manipulan con tal de conseguir provecho o placer personales.
Criterio A3: mienten repetidamente, utilizan un alias, estafan a otros o simulan una enfermedad,  pueden poner de manifiesto un patrón de impulsividad mediante la incapacidad para planificar el futuro.
Criterio A4: estos sujetos tienden a ser irritables y agresivos y pueden tener peleas físicas repetidas o cometer actos de agresión.
Criterio A5: los  individuos muestran una despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás.
Criterio A6: estos sujetos con este trastorno tienden a ser continua y extremadamente irresponsables.
Criterio A7: estos sujetos tienen pocos remordimientos por las consecuencias de sus actos.
Criterio B: el sujeto debe tener al menos 18 años.
Criterio C: tener historia de algunos síntomas de un trastorno disocial antes de los 15 años.
Criterio D: el comportamiento antisocial no debe aparecer exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o de un episodio maníaco.

3.3.  Trastorno límite de la personalidad.


Es un patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos, y de una notable impulsividad (Miyar, 2002). Los sujetos que padecen este trastorno suelen experimentar un tipo diferente de depresión, caracterizada por sentimientos de  vacío y emociones negativas variables, es común que formen relaciones repentinas, intensas y demandantes con otros individuos, y que perciban a los demás como totalmente buenos o totalmente malos y a esto se le conoce como escisión (división)[4]. Las intensidades de sus relaciones resulta en experiencias recurrentes de aflicción y rabia, el enojo y la hostilidad son características perdurables (P & Whitbourne, 2003), presentes en estas persona, las cuales pasan por una crisis de identidad o del concepto de quienes son, aun después de haber dejado atrás la época del cuestionamiento sobre identidad, pueden llegar al punto donde no distingan los límites entre ellos mismos y los demás.

La mayoría que padece este trastorno parecen estar muy enojadas la mayoría del tiempo, incluso sin ninguna provocación se ponen furiosas, aun cuando muchos aspectos de su funcionamiento están alterados pueden manejar las responsabilidades de la vida diaria. Sin embargo muchos poseen una tendencia constante a los conflictos interpersonales y el riesgo de que su conducta impredecible, dependencia y humor cambiante pueda alejar a las personas que se acercan a ellos (P & Whitbourne, 2003).

Características diagnósticas: Estos son los criterios que debe cumplir una persona para ser diagnosticada con el trastorno límite de la personalidad[5]:

Criterio 1: los sujetos realizan frenéticos esfuerzos para evitar un abandono real o imaginado. Experimentan intensos temores a ser abandonados y una ira inapropiada incluso ante una separación que en realidad es por un tiempo limitado o cuando se producen cambios inevitables en los planes, sus frenéticos esfuerzos para evitar el abandono pueden incluir actos impulsivos como los comportamientos de automutilación o suicidas.
Criterio 2: presentan un patrón de relaciones inestables e intensas. Las primeras veces que se tratan, pedirles que estén mucho tiempo a su lado y compartir muy pronto los detalles más íntimos, luego cambian rápidamente de idealizar a los demás a devaluarlos, pensando que no les prestan suficiente atención, no les dan demasiado o no están lo suficiente, tal cambio suele reflejar la desilusión con alguna de las personas que se ocupa de ellos y cuyas cualidades positivas han sido idealizadas o de quien se espera el rechazo o abandono.
Criterio 3: existe una alteración de la identidad caracterizada por una notable y persistente inestabilidad en la autoimagen o en el sentido de uno mismo, cambian bruscamente desde el papel de suplicar la necesidad de ayuda hasta el de vengador justiciero de una afrenta ya pasada. Lo habitual es que su autoimagen esté basada en ser perverso o desgraciado, a veces los individuos con este trastorno tienen también el sentimiento de que no existen en absoluto. Estas experiencias suelen ocurrir en situaciones en las que el sujeto percibe una falta de relaciones significativas, de ayuda y de apoyo, también  pueden presentar un mal rendimiento laboral o escolar.
Criterio 4: las personas con este trastorno demuestran impulsividad en al menos dos áreas potencialmente peligrosas para ellos mismos.
Criterio 5: presentan comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de automutilación.
Criterio 6: pueden presentar una inestabilidad afectiva que es debida a una notable reactividad del estado de ánimo.
Criterio 7: pueden estar atormentados por sentimientos crónicos de vacío, se aburren con facilidad y están buscando siempre algo que hacer.
Criterio 8: frecuentemente expresan ira inapropiada e intensa o tienen problemas para controlar la ira.
Criterio 9: durante períodos de estrés extremo, se pueden presentar ideación paranoide transitoria o síntomas disociativos.

3.4.  Trastorno histriónico de la personalidad.


Es un patrón de emotividad excesiva y demanda de atención (Miyar, 2002). Cuando se vuelven extremas la forma de expresión dramática forman la base de este trastorno, las personas con este trastorno muestran conductas teatrales en su conducta diaria, disfrutan ser el centro de atención y hacen lo necesario para que esto suceda, se preocupan en exceso de su apariencia física y con frecuencia tratan de atraer a atención de formas tan extremas que su conducta parece ridícula, a estos sujetos se les considera  como coquetos y seductores demandantes de seguridad, de elogios y de aprobación de los demás, sino lo consiguen se ponen furiosos (P & Whitbourne, 2003). Actúan con estereotipos de híperfeminidad o hípermasculinidad creyendo que con esto surgirá una admiración por parte de los demás. El trastorno histriónico de la personalidad se ha asociado a tasas altas de trastorno de somatización, trastorno de conversión y trastorno depresivo mayor. Es frecuente la simultaneidad con los trastornos de la personalidad límite, narcisista, antisocial y por dependencia.

Características diagnósticas: Estos son los criterios que debe cumplir una persona para ser diagnosticada con el trastorno límite de la personalidad[6]:

Criterio 1: estos sujetos no están cómodos o se sienten despreciados cuando no son el centro de atención.
Criterio 2: el aspecto y el comportamiento de los individuos con este trastorno suelen ser inapropiadamente provocadores y seductores desde el punto de vista sexual.
Criterio 3: sus expresiones emocionales pueden ser superficiales y rápidamente cambiantes.
Criterio 4: estos sujetos utilizan el aspecto físico para llamar la atención
Criterio 5: estos sujetos tienen una forma de hablar excesivamente subjetiva y carente de matices.
Criterio 6: las personas con este trastorno se caracterizan por la autodramatización, la teatralidad y una expresión exagerada de la emoción, sus emociones parecen encenderse y apagarse con demasiada rapidez como para ser consideradas profundas, lo que puede llevar a los demás a acusar a estos sujetos de fingir tales sentimientos.
Criterio 7: estos sujetos son altamente sugestionables, son fácilmente influenciados por los demás y por las modas del momento, demasiado confiados en especial con las figuras de autoridad, son propensos a tener presentimientos y a adoptar convicciones con rapidez.
Criterio 8: los sujetos con este trastorno acostumbran a considerar las relaciones más íntimas de lo que lo son en realidad.

3.5.  Trastorno narcisista de la personalidad.

es un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía (Miyar, 2002). Estos individuos poseen un sentido poco realista y exagerado de su propia autoimportancia, a este rasgo se le conoce como grandiosidad, también esperan que los demás los elogien y que gratifiquen todos sus deseos y demandas, carecen de sensibilidad hacia las necesidades de los demás, se sienten especiales ya que consideran que solo las personal de un alto estatus pueden comprender sus necesidades y problemas especiales, poseen aspiraciones excesivas para sus vidas y un intenso resentimiento hacia quienes consideran más exitoso, atractivos o brillantes (P & Whitbourne, 2003).

 A pesar de la enorme importancia que se asignan a ellos mismo que podría parecer como un exceso de seguridad  es lo contrario porque llegan a sentir con frecuencia una inseguridad y sus relaciones con los demás se encuentran distorsionadas por su percepción de que los demás sirven como herramientas para su propia gratificación, además son altaneros y arrogantes. Se han propuesto cuatro tipos de narcisistas:

Narcisista elitista: este sujeto se considera privilegiado y poderoso y tiende a ostentar su estatus y logros. También se autopromueve con desesperación y trata de cultivar un nivel especial y aprovecha cualquier oportunidad de recibir reconocimientos.
Narcisista amoroso: suele mostrase sexualmente seductor, aunque evita la intimidad real el único integres real es el explotar de manera temporal el cuerpo del otro.  Narcisista carente de principios: carece de escrúpulos, es un ser engañoso, arrogante y explotador.
Narcisista compensatorio: son negativos y buscan compensar sus profundos sentimientos de inferioridad; tratan de crear una ilusión de  ser superiores y excepcionales.

Características diagnósticas: Estos son los criterios que debe cumplir una persona para ser diagnosticada con el trastorno límite de la personalidad[7]:

Criterio 1: tienen un sentido grandioso de autoimportancia.
Criterio 2: a menudo están preocupados por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios.
Criterio 3: estos sujetos creen que son superiores, especiales o únicos y esperan que los demás les reconozcan como tales.
Criterio 4: estos sujetos demandan una admiración excesiva. Su autoestima es casi siempre muy frágil. Pueden estar preocupados por si están haciendo las cosas suficientemente bien y por cómo son vistos por los demás.
Criterio 5: las pretensiones de estos sujetos se demuestran en las expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial.
Criterio 6: esta pretenciosidad, combinada con la falta de sensibilidad para los deseos y necesidades de los demás, puede acarrear la explotación consciente o inconsciente del prójimo. Esperan que se les dé todo lo que deseen o crean necesitar, sin importarles lo que les pueda representar a los demás.
Criterio 7: estos sujetos generalmente carecen de empatía y tienen dificultades para reconocer los deseos, las experiencias subjetivas y los sentimientos de los demás.
Criterio 8: también suelen envidiar a los demás o creen que los demás les envidian a ellos.
Criterio 9: frecuentemente presentan actitudes snobs, desdeñosas o altivas. “Snob es un adjetivo de que da pruebas de snobismo, el cual se refiere a la admiración infundida por todas las cosas que estén a la moda, en especial las que viene del extranjero”[8]

3.6.  Trastorno esquizotipico de la de la personalidad.


Es un patrón de malestar intenso en las relaciones personales, distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento (Miyar, 2002).
Características diagnósticas: Estos son los criterios que debe cumplir una persona para ser diagnosticada con el trastorno límite de la personalidad[9]:

Criterio A1: los individuos con trastorno esquizotípico de la personalidad suelen tener ideas de referencia
Criterio A2: ser supersticiosos o estar preocupados por fenómenos paranormales ajenos a las normas de su propia subcultura.
Criterio A3: también  pueden presentarse alteraciones perceptivas, Su lenguaje puede incluir frases o construcciones raras o idiosincrásicas.
Criterio A4: Frecuentemente es indefinido, disgresivo o vago, pero sin un verdadero descarrilamiento o incoherencia.
Criterio A5: los individuos con este trastorno suelen ser recelosos y pueden presentar ideación paranoide.
Criterio A6: frecuentemente, no son capaces de hacer servir todo el abanico de afectos y habilidades interpersonales necesarias para relacionarse adecuadamente y, por tanto, suelen interactuar con los demás de una manera inapropiada, inflexible o constreñida.
Criterio A7: frecuentemente son considerados raros o excéntricos a causa de sus manierismos poco corrientes, una forma tosca de vestir que «no se lleva» y una falta de atención a las convenciones sociales habituales.
Criterio A8: acostumbran a tener pocos o ningún amigo íntimo o persona de confianza aparte de los familiares de primer grado.
Criterio A9: se sienten ansiosos en situaciones sociales, especialmente en las que implican a gente desconocida.
Criterio B: el trastorno esquizotípico de la personalidad no debe diagnosticarse si el patrón de comportamiento aparece sólo en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos, otro trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo.

3.7.  Trastorno de la personalidad por evitación.

Es un patrón de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa (Miyar, 2002).

Características diagnósticas: Estos son los criterios que debe cumplir una persona para ser diagnosticada con el trastorno límite de la personalidad[10]:

Criterio 1: evitan trabajos o actividades escolares que impliquen un contacto interpersonal importante, porque tienen miedo de las críticas, la desaprobación o el rechazo.
Criterio 2: evitan hacer nuevos amigos a no ser que estén seguros de que van a ser apreciados y aceptados sin críticas.
Criterio 3: pueden actuar con represión, tener dificultades para hablar de sí mismos y tener sentimientos íntimos de temor a ser comprometidos, ridiculizados o avergonzados.
Criterio 4: los sujetos con este trastorno, puesto que les preocupa la posibilidad de ser criticados o rechazados en las situaciones sociales, tienen el umbral para detectar estas reacciones exageradamente bajo.
Criterio 5: los sujetos con trastorno de la personalidad por evitación están inhibidos en las situaciones interpersonales nuevas porque se sienten inferiores y tienen una baja autoestima.
Criterio 6: estos sujetos se creen a sí mismos socialmente ineptos, personalmente poco interesantes o inferiores a los demás.
Criterio 7: normalmente son reacios a asumir riesgos personales o a involucrarse en nuevas actividades, ya que esto puede ponerles en aprietos.


3.8.  Trastorno de la personalidad por dependencia.

Es un patrón de comportamiento sumiso y pegajoso relacionado con una excesiva necesidad de ser cuidado (Miyar, 2002). Características diagnósticas: Estos son los criterios que debe cumplir una persona para ser diagnosticada con el trastorno límite de la personalidad[11]:

Criterio 1: los sujetos con trastorno de la personalidad por dependencia tienen grandes dificultades para tomar las decisiones cotidianas, si no cuentan con un excesivo aconsejamiento y reafirmación por parte de los demás.
Criterio 2: estos individuos tienden a ser pasivos y a permitir que los demás tomen las iniciativas y asuman la responsabilidad en las principales parcelas de su vida.
Criterio 3: suelen tener dificultades para expresar el desacuerdo con los demás, sobre todo con aquellos de quienes dependen, porque tienen miedo de perder su apoyo o su aprobación.
Criterio 4: a los sujetos con este trastorno les es difícil iniciar proyectos o hacer las cosas con independencia.
Criterio 5: estos sujetos  llevados por su deseo de lograr protección y apoyo de los demás, llegan hasta el punto de presentarse voluntarios para tareas desagradables si estos comportamientos les van a proporcionar los cuidados que necesitan.
Criterio 6: los sujetos con este trastorno se sienten incómodos o desamparados cuando están solos debido a sus temores exagerados a ser incapaces de cuidar de sí mismos.
Criterio 7: cuando termina una relación importante buscan urgentemente otra relación que les proporcione el cuidado y el apoyo que necesitan.
Criterio 8: suelen estar preocupados por el miedo a que les abandonen y tengan que cuidar de sí mismos.

3.9.  Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad.


Es un patrón de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control (Miyar, 2002).
Características diagnósticas: Estos son los criterios que debe cumplir una persona para ser diagnosticada con el trastorno límite de la personalidad[12]:

Criterio 1: los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad intentan mantener la sensación de control mediante una atención esmerada a las reglas, los detalles triviales, los protocolos, las listas, los horarios o las formalidades hasta el punto de perder de vista el objetivo principal de la actividad.
Criterio 2: pueden estar tan interesados en llevar a cabo con absoluta perfección cualquier detalle de un proyecto, que éste no se acabe nunca.
Criterio 3: muestran una dedicación excesiva al trabajo y a la productividad, con exclusión de las actividades de ocio y las amistades.
Criterio 4: los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad pueden ser demasiado tercos, escrupulosos e inflexibles en temas de moral, ética o valores
Criterio 5: los sujetos con este trastorno son incapaces de tirar los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor sentimental.
Criterio 6: los sujetos son reacios a delegar tareas o trabajo en otros, insisten obstinada e irrazonablemente en que todo se haga a su manera y en que la gente se adapte a su forma de hacer las cosas.
Criterio 7: los individuos con este trastorno pueden ser tacaños y avaros, y llevar un nivel de vida muy inferior al que pueden permitirse debido a su creencia de que los gastos tienen que controlarse mucho para prevenir catástrofes futuras.
Criterio 8: también se caracterizan por la rigidez y la obstinación, planifican meticulosamente cualquier detalle y son reacios (resiste) a considerar la posibilidad de un cambio.

4.   BIBLIOGRAFÍA.


Hampson, S. E. (1986). la construccion de una personalidad. castellana: ediciones pardos.
James Fadiman, R. F. (2001). Teorías de la personalidad. MEXICO: OXFORD.
Miyar, M. V. (2002). DSM-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”. mexico.
P, H. R., & Whitbourne, S. K. (2003). psicología de la anormalidad. México: Mc Graw Hill.
Schultz, D. P. (2002). Teoría de la personalidad. mexico.


[1] Ramón García. LAROUSSE diccionario escolar.  pág. 339
[2] Los criterios fueron extraídos del  DSM-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” pág. 646
[3] Los criterios fueron extraídos del  DSM-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” pág. 662

[4] Ramón García. LAROUSSE diccionario escolar.  pág. 162
[5] Los criterios fueron extraídos del  DSM-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” pág. 666-668
[6] Los criterios fueron extraídos del  DSM-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” pág. 671-672
[7] Los criterios fueron extraídos del  DSM-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” pág. 675-676
[8] Ramón García. LAROUSSE diccionario escolar.  pág. 427
[9] Los criterios fueron extraídos del  DSM-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” pág. 658
[10] Los criterios fueron extraídos del  DSM-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” pág. 678-679
[11] Los criterios fueron extraídos del  DSM-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” pág. 682-683
[12] Los criterios fueron extraídos del  DSM-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” pág. 686-687